lunes, 9 de febrero de 2015

Hipotiroidismo.



Hipotiroidismo. 

Las alteraciones de las lipoproteínas encontradas en el hipotiroidismo comprenden
los fenotipos II-a y II-b con aumento de LDL plasmática aislada o asociada con un aumento de VLDL. En el primer caso se señala como causa una disminución de la síntesis de los receptores hepáticos de LDL. En el segundo caso se le asocia una tasa catabólica reducida de las VLDL, aun en presencia de una tasa de síntesis hepática de VLDL reducida. Los individuos homocigóticos para apo E-2 pueden presentar un fenotipo III o disbetalipoproteinemia, si desarrollan un hipotiroidismo. 

Debe tenerse presente el diagnóstico de hipotiroidismo en pacientes con edad avanzada en los que no se aclare la causa o no haya respuesta al tratamiento de una hiperlipoproteinemia de estos tipos.
Enfermedades hepáticas. En el curso de la hepatitis viral o alcohólica se puede presentar hipertrigliceridemia moderada por una disminución de la actividad de la lipasa hepática y CLAT, y menor captación de las partículas residuales de quilomicrones y VLDL.
En la insuficiencia hepatocelular con reducción de la síntesis y secreción de VLDL, se presenta una disminución de LDL y, por consiguiente, una reducción de las concentraciones plasmáticas de  triglicéridos y de colesterol. Hay también disminución de HDL y Lp (a). En la cirrosis hepática se encuentran concentraciones muy disminuidas de colesterol.
En la colestasis se presenta un aumento del colesterol y de los triglicéridos plasmáticos, así como una disminución de HDL y la presencia de la lipoproteína llamada LP-X, que se caracteriza por un alto contenido de colesterol no esterificado, y cuya morfología la diferencia del resto de las lipoproteínas.
Diabetes mellitus. Las alteraciones de las lipoproteínas plasmáticas en el curso de la diabetes presentan diferente expresión, de acuerdo con el tipo y estado metabólico del paciente.
En la diabetes mellitus isulinodependiente (DMID o tipo 1) se puede constatar un aumento de triglicéridos (VLDL) y colesterol (LDL) plasmáticos, con un predominio de partículas pequeñas y densas y una disminución de HDL. La magnitud de las alteraciones de las lipoproteínas guarda estrecha relacióncon el control metabólico de la enfermedad.
Además, la hiperglicemia es responsable de la glicosilación no enzimática de las LDL de mayor propensión a la oxidación, lo que favorece su captación por los macrófagos y su transformación en células espumosas. En situación de carencia marcada de insulina, se puede presentar un cuadro de fenotipo V, con marcado aumento de VLDL y de quilomicrones (lipemia diabética) que revierte con el tratamiento insulínico.
En la diabetes mellitus no isulinodependiente (DMNID o tipo 2) se observa un aumento de los triglicéridos plasmáticos por el aumento de la síntesis y cierta disminución del catabolismo de las VLDL, asociado con una disminución de las HDL (prevalencia entre el 20 y el 60 % en diferentes estudios). La hipertrigliceridemia se relaciona con los niveles de glicemia y con la obesidad, frecuente entre estos pacientes. Es, además, un factor que agrava la dislipoproteinemia del diabético, la que resulta entonces más frecuente y más severa. Las LDL pueden ser normales o ligeramente aumentadas y muestran, con mayor frecuencia, LDL pequeñas y densas.
Debe tenerse presente la posible existencia de un trastorno primario subyacente en los pacientes diabéticos, en los cuales las dislipoproteinemias nomejoren, aun con un estricto control metabólico.
Enfermedades renales. En la insuficiencia renal crónica, el hallazgo más frecuente es la hipertrigliceridemia; mientras que la concentración de colesteroles habitualmente normal o puede incluso estar disminuida, al parecer, por causa del mal estado nutricional en algunos pacientes. La alteración más precoz reportada es el aumento de apoproteínas C-III y disminución de C-II. La reducción de la actividad de la lipasa lipoproteica y de la lipasa hepática, condicionan un aclaración disminuido de las VLDL. Se ha hecho alusión a la presencia de un inhibidor de la lipasa que no se puede dializar por los métodos convencionales y sí por hemodiálisis de alto flujo. Se reporta también una moderada disminución del HDL-colesterol y la elevación de la concentración de lipoproteína (a), así como una mayor susceptibilidad a la oxidación de las LDL.
En pacientes sometidos a diálisis peritoneal continua, se refieren mayores concentraciones de colesterol por causa de la glucosa del dializado. Todos estos factores puede que contribuyan a la reconocida aterosclerosisacelerada, observada con frecuencia, en los estadios finales de las enfermedades renales.
En el síndrome nefrótico predomina el aumentodel colesterol plasmático, debido a un aumento de la síntesis de apo B y colesterol, que se relaciona con ladisminución de la presión oncótica del plasma. Se señala que esta constituye un estímulo para la
trascripción del gen de apo B. No obstante, estudiosrecientes señalan una reducción del catabolismo de las LDL. En los casos severos, el aumento de los triglicéridos confiere a estos pacientes un fenotipo II-b, que parece estar causado por la disminución del catabolismo de las VLDL.
Hoy es aceptado que la hiperlipidemia es un factor que acelera la progresión de la lesión glomerular y de la insuficiencia renal, a la vez que se reconoce la importancia
de la reducción de la proteinuria, para reducir los niveles de LDL y Lp (a) en estos pacientes. Entre los pacientes sometidos a transplantes, esfrecuente la hipertrigliceridemia y en algunos casos se encuentra hipercolesterolemia. Se ha considerado que la terapéutica esteroidea y la ciclosporina son causantes de estas alteraciones. Los esteroides provocan resistencia a la insulina, hiperinsulinemia y aumento de la síntesis de VLDL. La reducción de la ACTH parece disminuir la actividad del receptor LDL. Los pacientes tratados con ciclosporina tienen niveles de triglicéridos y de Lp (a) superiores a los tratados con prednisona y azathioprina. Es posible que la incorporación de la ciclosporina a laslipoproteínas interfiera con la remoción de las LDL del plasma. El efecto del tacrolimus (FK 506) sobreel metabolismo de los lípidos parece ser similar, aunque menos pronunciado que el de la ciclosporina.

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